ONG MANBLAS

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27 abr 2022

MB 43 MARACATÚ, MURGA: ARTE CALLEJERO AFRO-HEREDADO (1a Nota)

Mujeres de un 'bloco' (comparsa) de Maracatú desfilando por las calles.


El autor de esta Nota danzando en el Aniversario 2019 de la Agrupación Murguera 'Galantes de Momo', Cipolletti, Provincia de Río Negro, Patagonia Norte.


MARACATÚ, MURGA: ARTE CALLEJERO AFRO-HEREDADO (1a Nota)

Pacho Nazar

Los imperios usurpadores del Nuevo Mundo, Portugal y Castilla, fracasaron durante el siglo XVI en su pretensión de sujetar las poblaciones Originarias a los trabajos forzados en la agricultura y en la minería, que el Mercantilismo expansivo o casi explosivo, del Viejo Mundo les imponía. Los alzamientos armados indígenas contra las levas de los blancos invasores obstaculizaban aquel propósito. Las limitaciones, determinadas por las denuncias y las acciones “regresivas”1 de religiosos sobre las atrocidades perpetradas en pos del mismo fin, aumentaban las dificultades pro sometimiento. Y la sustracción de Originarios de la voracidad de encomenderos y fazendeiros, mediante las reducciones de la Compañía de Jesús2, obligaron a las Coronas a comerciar contingentes africanos para introducirlos como mano de obra esclava, bajo las más viles condiciones de vida. A la par del destierro forzado definitivo, entraron al Continente las tradiciones, los ritmos y los instrumentos étnicos negros.

Fusión en Pernambuco

La gente “de color” introducida, el estrato social más bajo, interactuó con el que venía diezmado y marginado desde que el navegante portugués Pedro ÁLVARES CABRAL invadió en 1500 la costa nordestina3, inaugurando la dominación de su Corona sobre esa tierra. La agricultura de la caña de azúcar esclavizó mano de obra africana. Cortos tiempos de descanso permitían el batir de parches. Y a su son, por momentos se liberaban los cuerpos de la opresión fazendeira, para remontar con la danza ancestral a aquella vida libre abandonada por violencia colonialista al otro lado del Atlántico.

Los Originarios participaron. Aportaron coloridos ornamentos, vistosos, destacados hasta la extravagancia. Danzaron al compás de la percusión. Nació la lenta y progresiva fusión afro-nordestina brasileña.

El Caso Rioplatense

Los contingentes africanos llegados al Río de la Plata padecieron tres siglos y medio de opresión, al igual que el resto del Continente. Hasta que al tercer año de régimen independizado, la convención de representantes de las Provincias Unidas del Sud, conocida como Asamblea del Año XIII (1813), decretó la “libertad de vientres”4. Sobrevivieron medio siglo: en 1865 el Presidente pro-británico Bartolomé MITRE y su Ministro de Guerra Domingo F. SARMIENTO ordenaron la leva forzada, engrillando a los negados, de cuanto afro-descendiente se encontrase en el territorio nacional, para exponerlo como ”carne de cañón” en los frentes de batalla de la traición más grande a una ex Provincia del Río de la Plata: la Guerra de la Triple Alianza (1865-1870), orquestada desde el centro imperial londinense, para destruir, con la concurrencia del imperio del Brasil y la República del Uruguay, a la Nación más próspera de América en su época: el Paraguay.

Expresiones Perdurables

El cruel racismo mitrista/sarmientino logró la eliminación física de la afro-descendencia5 en la República Argentina. Mas el aporte cultural del Continente Negro ya se había fusionado, en los siglos anteriores, con expresiones rítmicas propias de un poblamiento paulatino de los suburbios del Plata y de su afluente el Río Paraná, con inmigrantes internos campesinos y con generaciones de criollos residentes. A fines de la dominación hispánica en el siglo XVIII ya existían manifestaciones musicales y danzantes, con ritmos de percusión afro, por lo común recluidas a recintos cerrados por la persecución de las autoridades. Durante el Gobierno de Juan M. de ROSAS (1830-1852), los sectores sociales bajos expresaban públicamente su apoyo desfilando, con pasos danzados, al son de instrumentos afro heredados batidos por percusionistas. Era la aparición en la sociedad de un Arte Callejero.

Recife, marzo 2021 

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