ONG MANBLAS

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27 abr 2022

MB 46 FOLKLORE ANDINO-PATAGÓNICO: LA CUECA DEL NORTE DEL NEUQUEN (2a y Última Nota)

 

Arreo de caprinos rumbo a las tierras altas de pastoreo (veranadas), transitando sobre la calzada pavimentada de la Ruta Provincial entre Andacollo y el Río Naweve.

 ídem sobre ruta provincial de ripio.

Cerro Corona, Huinganco, Cordillera del Viento ladera occidental. Típico paisaje de los puestos campesinos.

FOLKLORE ANDINO-PATAGÓNICO: LA CUECA DEL NORTE DEL NEUQUEN

(2a y Última Nota)

Pacho Nazar

Movimiento de Articulación No colonialista de Bases LAtinoamericanas Sociales (MANBLAS)

La Cuna Andino-Pattagónica

Tras la ocupación militar  violenta de la Región PUEL MAPU1 de la Nación MAPUCE, al Sur de los Ríos Barrancas-Colorado, por el Estado Argentino bajo la Presidencia de Avellaneda,, aquella cueca advenida comenzó a oírse a la sombra de las enramadas de los puestos campesinos. Familias  trasandinas se asentaban gradualmente sobre las laderas cordilleranas orientales. A ninguna le faltaba guitarra para entonar aquel ritmo que sus ancestros cantaban y bailaban al Sur del Río Bío Bío. Así como se sembraba trigo al occidente de los Andes, se trasladó la cultura agrícola al oriente. Si allí crecían los granos bebiendo las lluvias occidentales, en los nuevos asentamientos nor-patagónicos debían lograrse con agua regada cisandina. Para llevar el agua necesaria se abrían canales entre roquedales, a pico y pala no más, desde los encajonados arroyos montañosos de la Cordillera del Viento.

Un Par Cultural: el Trigo y la Música

Estamos en las postrimerías del XIX y los albores del XX, en la Patagonia Norte. La Región Pampeana argentina, productora mayúscula de cereales, quedaba mucho más distante que las tierras chilenas, donde el trigo cultivado  en los campos andinos abastecía de harina. Por otro lado, la oligarquía terrateniente pampeana exportaba a Europa, con preferencia a una región interna, recientemente invadida, con escasa población de consumo. La tradición trasandina pasó las quebradas transitables de los Andes, con los contingentes portadores, con sus haciendas, con sus simientes trigueras, con sus guitarras y sus cantoras.

El grano, cosechado a mano blandiendo una hoz, se trillaba con los cascos de caballos. Los animales se ataban al extremo de un palo de madera, que en su otro extremo quedaba amarrado a un poste clavado en el centro de la circunferencia que recorrían mientras pisaban los granos.

La Fiesta de la Trilla

A uno y otro lado de los Andes Nor-patagónicos, el vecino campesino es un amigo, que comparte solidaria y recíprocamente las faenas. A fines de 2002, participé del cruce de un arreo de caprinos a través del Arroyo Molulco, tributario del Río Curileuvu, a su vez afluente del Río Neuquen en su cuenca superior. Los chivos, a diferencia de vacunos, no atraviesan los cursos de agua. Deben ser alzados, a caballo o al hombro y depositados en la margen opuesta. Ese trabajo es vecinal. Es tradición que los que colaboran en una actividad de un comarcano, serán ayudados oportunamente por la familia del que asistieron. En la trilla del Norte Neuquino fue siempre tradicional el vecinalismo campesino. Y la celebración a su fin sumaba al paisanaje circundante. Del mismo puesto de campo, en que se trilló el trigo o de los cercanos, llegaba una guitarra del brazo de su portadora: una Cantora del Norte Neuquino.

Un Ícono Regional: la Cantora

Tal vez en otras regiones del globo existan expresiones folklóricas con protagonismo femenino. En este rincón del Continente Americano, mujeres campesinas de alta montaña, han tomado guitarras existentes en sus puestos, heredadas de abuelas trasandinas y, sin academias ni escolaridad musical alguna, rasguearon desde niñas sus encordados. En 2021, entre Chos Malal y Huinganco, ciudades del Noroeste Provincial, exploré personalmente la manifestación de esta danza. A partir de mi visita, la Folklorista chosmalense Rosa Benítez tuvo la gentileza de organizar un Seminario-Taller específico de cueca regional. Acudimos a Chos Malal, una amiga, un amigo, ambos capitalinos de Neuquen y yo, participando de una magistral demostración de aquel folklore típico a cargo de paisanas y paisanos nacidos en aquellas faldas agrestes de la Cordillera del Viento. Allí nos deleitó la Cantora Carmelina Martínez, quien se había iniciado lanzando sus primeros sones al viento montañoso, en su casa natal a escondidas de su madre.

 Endemismo Musical

Literariamente, he acudido a un vocablo de las Ciencias Biológica y Ecológica, para aplicar un concepto de las mismas a un verdadero fenómeno cultural regional. Un Endemismo es una población vegetal o animal, que habita una zona geográfica limitada, fuera de la cual ningún ejemplar de ella se encuentra. Análogamente, la Cueca Nor-neuquina existe solamente en el ámbito territorial entre la Cordillera de los Andes y la Cordillera del Viento y, al Este de esta última, en los valles cercanos a sus laderas orientales: entornos rurales de Barrancas, Buta Ranquil, Tricao Malal y Chos Malal.

Ajeno a las Academias

Si todo género musical es nacido y criado en los estratos más populares de una sociedad, ello ha sido tal cual en la historia y el presente de esta música. Una métrica propia. Cantidad de compases o tiempos musicales, específica. Coreografía única. Solamente mujeres cantoras de aquellos rincones nor-patagónicos las entonan. Todas las han aprendido “de oído”, de los patios festivos de reuniones familiares, de las cocinas en que el aroma de las empanadas enlazaban al vuelo las corcheas cantadas, de las alegres trillas montanas. La Cantora tiene su trabajo formal. O informal. Tiene herederas que perpetuarán el género.

Huinganco, noviembre 2021



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