MARACATÚ, MURGA: ARTES CALLEJEROS AFRO-HEREDADOS (2a Nota y Última)
Pacho Nazar
Los ritmos africanos se fusionaron en el Nuevo Mundo, a
través de los esclavos introducidos, con tradiciones ancestrales Originarias
sudamericanas a lo largo de las centurias de dominación colonial. En cada
rincón del Continente, de aquel proceso lento interactivo, surgieron
expresiones musicales y danzantes que se tornaron típicas de cada región.
De ‘Nazare da Mata’
Casi en el centro geográfico del actual Estado nordestino de
Pernambuco, Brasil, núcleo agrícola cañero de la antigua colonia portuguesa, se
gestó la expresión folklórica hoy conocida como Maracatú. En Nazareth de la
Selva, traducción castellana del nombre de aquel pueblo pernambucano, epicentro
de la gestación, tomaron forma expresiva ritos impulsados por los fazendeiros.
A partir de la imagen de un Reino europeo, aquellos hacendados inculcaron una
“réplica”, para dominación de sus esclavos. Éstos tomaron la conformación
propuesta de una Corte palaciega, con su Dama de Palacio, su Reina, su Rey,
estructura central del conjunto músico-danzante, al que acompañan bailarinas y
músicos. De Pernambuco se irradió a todo Brasil. La manifestación culminante
anual se da en los Carnavales, aunque hay instancias menores fuera de ellos.
De la Cuenca Inferior del Plata
Difuso entre la Banda Oriental del Uruguay, los suburbios de
Corrientes, Entre Ríos, Santa Fe y Buenos Aires, está el origen geográfico de
la Murga. La esclavitud en la colonia hispana se expresaba sin referencias a
estereotipos sociales ni ritos espiritistas del Continente Negro. La expresión
era la danza desatada por percusión, danza manifiesta del ansia de liberación
de la opresión laboral. La esclavitud liberada se visualizaba por la
indumentaria elegante de sus antiguos explotadores, ridiculizada mediante
colores y adornos extremadamente opuestos a la repudiada y abolida sobriedad. La pintura de
rostros, con variados
colores, es una expresión visual de la burla a los antiguos amos. En sus
comienzos, enclaustrada casi clandestina. Con el tiempo, ganó las calles.
Desde aquella región, alcanzó todos los rincones del país,
adoptando ciertas particularidades zonales o locales. La Murga sale a exhibirse
en toda época del año.
La Corte Simbólica
Este Arte Callejero pernambucano se conoce como Maracatú
Nación o de Golpe Girado. Ha sido la primera conformación del Maracatú, la que
ganó las calles e invadió los carnavales brasileños. Más tardío y recluido a la
zona de Nazareth de la Selva, se gestó el Maracatú Rural o de Golpe Suelto. La
Corte imaginaria comienza desfilando con el Porta Estandarte, un personaje
masculino, con indumentaria de rey francés, que exhibe el nombre de la Nación1
Maracatú que se trata, con su año de creación. Le sigue la Dama de Palacio
portando la ‘calunga’ (pequeña muñeca negra) mientras baila. A continuación, la
pareja de Duque-Duquesa, Rey y Reina, protegidos estos últimos del sol intenso
del trópico por un parasol sostenido por un Esclavo. Las ‘baianas’, a continuación, danzan coreografías
artísticamente elaboradas. El conjunto “cortesano” canta canciones, también de
propia elaboración. La indumentaria destella por fuerte colorido, por prendas
de volúmenes exagerados, por ornamentos diversos extravagantes. A similitud del Arte Murguero, esa
deliberada deformación de la sobriedad cortesana, bastardea sin ambigüedades el
estereotipo de la dominación ‘fazendeira’.
El Arte Murguero Patagónico
A través de su misma evolución, se conformó una Murga
Uruguaya y en Argentina surgieron modalidades regionales. Cada Murga tiene un nombre y adopta colores
característicos, que los exhibe en su vestimenta típica. En sus presentaciones
públicas, una Murga patagónica suele ingresar a escenario con una Entrada, a la
que sigue un Recitado y una Coreografía danzada, también elaborada
cuidadosamente. En medio de ésta, se expone una Crítica a la Historia Oficial2
o a la realidad presente, que constituye una denuncia social desde el Arte
Independiente. Una ‘Matanza’3 de Bombos despliega una melodía de percusión
ensayada. Una ‘Matanza de Bailarines’ da
rienda suelta a la danza improvisada de las/os mismas/os. Para envolver al
público asistente en el aire arrebatador y liberador de aquella esencia afro,
la Murga lo invita a bailar con ella, lo que desata una alegría contagiosa,
culminante en la ‘Matanza General’. La Retirada es la despedida de la Murga del
público asistente, cantada por sus integrantes siempre a ritmo de percusión,
mientras van desapareciendo del escenario. Los Músicos ejecutan también sus
guitarras y sus instrumentos de viento. Puede incluirse una Banderillera, que
surca el aire con rápidos giros de banderines.
La Esencia Ridiculizante
Antes o después. A comienzos del siglo XIX en las Provincias
Unidas del Río de la Plata o en sus postrimerías en el Nordeste Brasileño, la
era esclavista tocó su fin. Y el ser humano oprimido por centurias pasó a
bastardear al antiguo opresor de la manera más expuesta y más llamativa
posible: con atuendos, con pinturas, poniéndolo en ridículo.
Recife, abril 2021
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