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MB 32-DRH
MANBLAS Nº 32-Documentos de Revisión Histórica
En
el predio, en que yace este monolito, se encuentra la actual Casa de
Gobierno Nacional (Foto Pacho Nazar)
PARAGUAY: DOS SIGLOS DE
REPÚBLICA
Pacho
Nazar
La
Revolución de Mayo, acontecida en Buenos Aires en 1810, sacudió al
cesado Virreinato del Río de la Plata y al resto del continente.
Manuel Belgrano pasó, como relámpago, de profesional de las leyes
en el Consulado porteño desde inicios del siglo XIX, sin detenerse
en su Vocalía de la Primera Junta, a militar libertario. El mismo
1810 estaba comandando la Expedición al Paraguay. En esta Provincia
Unida del Sud se agitaba el fermento insurgente contra el Gobernador
godo Bernardo de VELASCO Y HUIDOBRO1,
acosado tanto desde el Río de la Plata sublevado como desde el
imperio portugués en Brasil, históricamente ambicioso de lo ajeno y
usurpador de territorios españoles.
La demolición de un edificio
histórico, como el mencionado en el cerámico de la imagen, no sería
un desatino exclusivo de autoridades paraguayas: en San Miguel de
Tucumán se arrasó con el Cabildo de la Gobernación virreinal, del
que sólo se hace mención en un cartel de referencia a turistas y
ciudadanos; en Buenos Aires, un mal entendido “progreso”
urbanístico amputó, sumando sus dos extremos laterales, la mitad de
la sede de la Revolución de Mayo.
La demolición bárbara y atroz,
no ya edilicia sino política, económica, social, fue la de la
República independiente del siglo XIX, presidida por Carlos Antonio
Lopez, por los ejércitos pro británicos del Brasil, del Uruguay y
de la Argentina: Guerra de la Triple Alianza. El Gral. MITRE
fue el responsable argentino, cipayo de Gran Bretaña, de participar,
en mayoría cobarde de tres contra uno, de la demolición de toda la
infraestructura industrial y de comunicaciones del Paraguay.
Algo
más de medio siglo después, la ceguera y la visión neo-colonial de
sus gobernantes, llevaron a otra guerra fratricida a Bolivia y el
Paraguay: entre 1932 y 1935, indígenas del altiplano boliviano,
originarios de la Gran Nación Guaraní de uno y otro bando, mestizos
desentendidos de toda diplomacia de altas esferas sociales, quedaron
sepultados en el suelo seco, hostil e inhóspito, ajeno a unos y a
otros, del Chaco Sudamericano, deshidratados hasta el síndrome
específico, acribillados por insectos numerarios, acalorados,
alienados de visiones fantasmagóricas en el monte desolado. El
Canciller argentino, por entonces, Carlos SAAVEDRA LAMAS medió al
estilo, que décadas después replicó el Comisionado del Vaticano
Cardenal SAMORÉ entre Argentina y Chile. Aquella mediación fue
posterior a la sangría continental y valió el primer Premio Nobel
de un argentino: el de la Paz, en 1935. Juana DE IBARBOUROU2
clamó: Chaco Boreal...( ).../Concentración de sombras
mutiladas/en esta noche atónita de América.
Concepción
del Paraguay, septiembre 2012
1Grafía
del primer término del apellido consignada por el historiador
paraguayo Efraim CARDOZO (2009) en Afinidades entre el Paraguay y
la Banda Oriental en 1811,
Biblioteca del Bicentenario 3, 1ª edición, Editorial Servilibro,
Asunción del Paraguay.
2DE
IBARBOUROU, J.; 1935. Noche del Chaco. En Seis Cuentos Bolivianos
y Seis Cuentos Paraguayos de la Guerra del Chaco. Biblioteca
del Bicentenario 5, 2010. 1ª edición. Editorial Servilibro.
Asunción del Paraguay.
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