MB Nº 22-DRH
MANBLAS Nº 22-Documentos de Revisión Histórica
TUCUMAN:
TRABAJADORES POR LA CIENCIA
Y
POR LA INDEPENDENCIA
POLÍTICA
Casi un revolucionario pacífico: Dr. Miguel Lillo, tucumano de San Miguel,
décadas investigando los árboles nativos, los insectos de la Selva Tucumano-Oranense,
los saurios de aquel arcaico continente llamado Pangea, de cuyo devenir
geológico habitamos actualmente esta Sudamérica.
Un revolucionario político, militar, profesional,
intelectual: el Dr. en Leyes y Gral. Del Ejército del Norte Manuel Belgrano; desconociendo inteligentemente,
al igual que San Martín, las inoportunas tácticas de los presuntos estrategas
porteños para librar la victoriosa Batalla de Tucumán.
Una víctima de las lides intestinas de la Argentina del siglo XIX:
Marco Avellaneda, decapitado y su
cabeza expuesta en pica de la actual Plaza Independencia (plaza central).
Dos combatientes por la soberanía en el Atlántico Sur,
ignorados por el triste fenómeno social de la DESMALVINIZACIÓN:
el ex soldado conscripto Miguel Guerrero
y el Tte. Cnel. (hoy Cnel.): Guillermo
Colotti.
Una ciudad, fundada en 1565: Ibatín. Refundada en 1685, bajo la protección de un arcángel: San
Miguel. Escenario de tres siglos y medio de invasión, persecución y marginación
colonial a la Nación Diaguita;
escenario de una batalla decisiva por la emancipación sudamericana; escenario
del Congreso de 1816; cuna de mártires y luchadores contra el neo-colonialismo
británico contemporáneo; escenario de una abnegada labor científica.
De Saurios,
Mariposas y Lapachos
Restos de casa natal Flia.
Lillo en Instituto Miguel Lillo, San Miguel de Tucumán, junio 2012 (Foto: P.
Nazar)
Nacido en 1862, en San Miguel de Tucumán, fallecido el
4 de mayo de 1931, de origen humilde, su vivienda natal y ámbito laboral a la
vez, paredes de adobe, estaban emplazados donde posteriormente se instaló el
Instituto que lleva su nombre: Dr. Miguel
Lillo. Así también sus restos mortales descansan en el frondoso arboretum de gigantescos ejemplares de
flora autóctona, muestra del bioma, que humedecido por los aires monzónicos del
Atlántico, tapiza sierras del Noroeste argentino: la Selva Tucumano-Oranense.
Esculturas marmóreas de saurios y de deidades alegóricas a la flora y a la
fauna, recrean hoy en día aquella atmósfera verde y silenciosa, casi sacra, de
las formaciones selváticas que fueron su hábitat doscientos millones de años
atrás (Mesozoico Temprano).
En el valle de Tafí, integrante de los majestuosos
Valles Calchaquíes, cabalgaba, mucho antes
que Pedro de Mendoza desembarcara en las orillas del Río de la Plata el caballo de nuestros
tiempos, el antecesor del primero: Hippidion,.
En las afueras de la Capital
tucumana, hacia el Cº San Javier, sobre la Sierra del Aconquija, actual Municipio de Yerba
Buena, se hallaron huesos de Smilodon,
tigre fósil. Un gliptodonte y un perezoso gigante, también deambularon por el
Noroeste Argentino (NOA). Restos de todos ellos están coleccionados en el Museo
Miguel Lillo de Ciencias Naturales, en esta Capital.
Tumba del Dr. miguel Lillo,
en el Instituto homónimo, San Miguel de Tucumán, junio 2012 (Foto P. Nazar)
Ibatín y el Arcángel
En 1565 Francisco de Aguirre encargó a su sobrino
Diego de Villarroel la fundación de un pueblo en el sitio llamado Ibatín por
los Diaguitas: se encontraba al pie de la Sierra de Aconquija y sobre la ruta corriente al
Alto Perú. El asentamiento se practicó bajo la invocación del Arcángel San
Miguel. En el siglo XVII el tránsito se desplazó al Valle de Lerma, donde ya
por aquel entonces se encontraba la ciudad de Salta. Durante más de una
centuria el Río Pueblo Viejo estuvo inundando la planta urbana de Ibatín;
entonces el Gobernador Fernando de Mendoza y Mate de Luna ordenó la refundación
de San Miguel en 1685 en su actual emplazamiento.
El General Desobediente
Era septiembre de 1812 en la ruta al Alto Perú. El
Ejército del Norte buscaba afanosamente contener el avance realista hacia
Córdoba, zona clave para el dominio de las Provincias Unidas del Sud. El Primer
Triunvirato (Chiclana, Paso, Sarratea) con sede en Buenos Aires, mediante su Secretario
de Guerra Bernardino Rivadavia, había mandado al Gral. Belgrano replegarse
hacia Córdoba. En San Miguel de Tucumán el Gobernador Bernabé Aráoz junto con
otros destacados ciudadanos locales, promovieron un Cabildo Abierto: los
vecinos aprobaron categóricamente la iniciativa belgraniana de desacato a la
orden porteña y ese apoyo popular fue decisivo para librar la victoriosa
Batalla de Tucumán en el cercano Paraje de Campo de las Carreras el 24 de
septiembre de 1812. Tomando el santoral de ese día, Belgrano consagró
Generala del Ejército del Norte a la Virgen de la Merced, entregando en su
homenaje su bastón de mando, que está depositado en la Basílica de la Merced sita a una cuadra de
la Plaza
Independencia (central).
El criterio acertado de Belgrano fue un antecedente de
otro desacato histórico: el del Gral. San Martín tras la Batalla de Chacabuco
(1817), en Chile, quien no cumplió el mandato del Director Supremo de las
Provincias Unidas del Sud de retirarse a Buenos Aires para pasar al frente de la Banda Oriental. En reunión de
toda su oficialidad se resolvió proseguir la campaña revolucionaria chilena, la
que los hechos históricos ratificaron victoriosa.
La Casa de la Independencia (“de
las Provincias Unidas en Sudamérica, …rompiendo vínculos…del Rey Fernando VII,
sus sucesores y Metrópoli”, Acta de la Independencia)
No habría imaginado Dña. Francisca Bazán de Laguna
que, cediendo su inmueble de la
Calle de la
Matriz (hoy calle Congreso de San Miguel) y derrumbando
algunas paredes para dejar un amplio salón, que pintando puertas y ventanas de
azul, que incluyendo muebles de la Gobernación del Tucumán, del Convento de Sto.
Domingo, del Convento de San Francisco, se conformaría un ámbito para un Acto
de trascendencia continental. Tampoco hubiese pensado que en 1869 el Gobierno
Nacional la adquiriría para destinarla al Correo de San Miguel y más tarde al
Juzgado Federal. Menos hubiera presentido que alguna vez se demolería, como en
1903, con salvaguarda del histórico Salón de la Declaración. Como
honrosa excepción del conjunto de edificaciones rescatables, que la sociedad
perdió a manos de la piqueta del mal entendido progreso, la Casa fue reconstruida entre
1941 y 1943 y resguardada de eventuales despropósitos al ser declarada
Monumento Histórico Nacional. Reinaugurada al centésimo trigésimo primer
aniversario de la Batalla
de Tucumán. El “mal entendido” había dado cuenta, con anterioridad, del
edificio del Cabildo, que compulsivamente cedió paso a la actual Casa de
Gobierno, frente a la plaza principal.
Antinomias Igualmente Crueles
Monolito donde se clavó la
cabeza de Marco Avellaneda, en plaza principal de S. miguel de Tucuman
Juan Bautista Alberdi, citando a Writh, escribía a
Sarmiento en 1853, tras la caída de Juan Manuel de Rosas: en el uso de los medios violentos los federales de Rosas no habían sido
sino la exageración de los unitarios de Lavalle. Como hecho histórico,
confirmatorio de esa aseveración, la cabeza de Marco Avellaneda, primo del ex
Pte. Nicolás Avellaneda, decapitado
el 3 de octubre de 1841, fue expuesta sobre una pica en la plaza central,
actual Plaza Independencia. Marco Avellaneda presidía la Liga del Norte, acuerdo de
gobernadores provinciales anti-rosistas. Actualmente, un monolito en la Plaza Independencia
recuerda el sitio preciso en que estuvo clavada al piso la trágica pica, con la
cabeza del infortunado líder norteño.
MALVINIZACIÓN: “No tiene que caer en saco roto lo que
se hizo…por los que volvieron y”
Hoy Miguel Guerrero es Secretario Administrativo de la Defensoría del Pueblo
de Tucumán y tiene cuarenta y nueve; pero cuando devolvieron las tropas
vencidas en los archipiélagos australes, tenía diecinueve. No nos querían, confiesa, afuera
sentimos la vergüenza del país por perder la guerra. Hicieron (todos, los
militares, los civiles) que a esa
vergüenza la sintiéramos nosotros. Nos hicieron sentir vergüenza de haber ido a
defender la Patria. Por
eso hay tantos suicidios entre los ex combatientes. Había arribado a
Pto. Argentino el 10 de abril de 1982 como tropa del Batallón de Infantería de
Marina (BIM) Nº 3. Los días finales del conflicto encontraron al Batallón en la
Loma Seis (Cortley Hill, en la denominación de los invasores), cercano a Pto.
Argentino, sobre la ladera opuesta a la capital insular, bajo el mando del Tte.
Alfredo Imboden. El mismo 14 de junio Guerrero observó una quincena de
compatriotas replegándose desde Wireless
Ridge; refiere: entre bomba y bomba
había algunos que ya no se paraban. La crueldad aberrante de una guerra
curtió a aquellos conscriptos: las bombas
caían a cincuenta metros y descansábamos; cuando caían a veinte metros nos
movíamos un poquito; estábamos tan cansados que la idea que nos cayera una
bomba nos importaba muy poco. Dos helicópteros británicos se asomaron
repentinamente desde atrás de Loma Seis, bajaron sus trompas y apuntaron a todo
el grupo combatiente argentino. El Tte. Imboden orientó sus binoculares hacia
Pto. Argentino: allí flameaba una vez más la insignia de los invasores del
archipiélago, como el 3 de enero de 1833 (Tercera Invasión Inglesa), como en
enero de 1834 cuando cayo la resistencia criolla del Gaucho Antonio Rivero y su puñado de valientes charrúas ante la
re-invasión colonial. Heroico,
reflexiona Guerrero, es lo que más le
cabe a mucha gente que no se merece el olvido. La DESMALVINIZACIÓN
prolonga su manto de olvido: la guerra no
termina y es por la culpa que se siente: la culpa de no haber muerto en las
Islas. El mensaje de un ex combatiente a la sociedad: en honor a la gente que peleó y murió allá…por los que no volvieron.
MALVINIZACIÓN II: como el Cnel. Pringles, Otro
Olvidado
Egresado del Colegio Militar de la Nación con el máximo
puntaje, condecorado tanto por el Ejército Argentino como por la Marina de Guerra y el
Congreso de la Nación
(1984), por Heroico Desempeño en Combate, el Cnel. Guillermo Camilo
Colotti recreó en las aguas marinas de la Isla Ascensión al
héroe puntano de la emancipación americana: en tierras peruanas, presionado por
las tropas realistas para que entregara la bandera de las Provincias Unidas del
Sud, el Cnel. Juan Prilidiano Pringles ingresó sobre su corcel a las aguas del
Océano Pacífico hasta que el comandante godo le condonó la exigencia. El Cnel.
Colotti mantuvo sus piernas sumergidas, hasta principio de congelamiento, sin
aceptar la rendición de su pelotón de cincuenta combatientes tras su traslado a
Ascensión después del 14 de junio de 1982. Si DESMALVINIZACIÓN llamamos a estos
descuidos de la post guerra, ¿cómo apodaríamos al silencio sobre la hazaña del
Cnel. Pringles?
Humahuaca, junio 2012
FUENTES DOCUMENTALES
ALBERDI, J. B.; 1957. Cartas Quillotanas. Ediciones
Estrada. Buenos Aires.
DIARIO LA GACETA; 2012.
Edición del 10 de junio de 2012. San Miguel de Tucumán.
ENTE TUCUMÁN TURISMO; 2012. San Miguel de Tucumán
(Folleto turístico). Ente Tucumán Turismo. San
Miguel de
Tucumán.
TRIGO O’CONNOR D’ARLACH, E.; 2009.Tarija en la Independencia del
Virreinato del Río de la
Plata. Ed. Plural.
La Paz.
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