El
actual Departamento Pando y las etnias preexistentes a la Nación
boliviana (Foto Pacho Nazar)
(Fuente:
Museo de Ciencias Naturales de la Universidad Amazónica de Pando,
Cobija, Departamento Pando, Bolivia)
MB Nº 30-DCC
MANBLAS Nº 30-Documento de los Cimientos Culturales
PANDO: EL
DEPARTAMENTO JOVEN DE BOLIVIA (2ª Nota)
Pacho
Nazar
Corría
la segunda mitad del siglo XIX. La Revolución Industrial en el Viejo
Mundo apenas cumplía unas décadas, pero estaba marcando rumbo hacia
la explotación de materias primas y de la mano de obra pertinente de
las ex colonias de los imperios dominantes, en Asia, en África, en
Oceanía y en América. El descubrimiento del petróleo disparó el
comienzo de la era automotriz y sus rodados exigían cubiertas. El
único bien
común
apto para su fabricación era el caucho,
obtenible del árbol homónimo1,
que habita naturalmente la cuenca superior del Río Amazonas, en el
corazón de Sudamérica: comenzaba una de las economías extractivas,
que aplastaría comunidades originarias, que degradaría las selvas y
que conduciría a un conflicto bélico en la región que hoy ocupa el
Departamento Pando.
Pero
el caucho
no fue el único bien
común
viviente, autóctono de la Alta Amazonia, explotado irracionalmente
bajo las implacables estructuras de la economía capitalista: también
estaba el árbol del castaño2,
que durante décadas movilizó terratenientes brasileños hacia el
Oeste, diezmando Originarios y también, terratenientes bolivianos
hacia el Este, haciendo lo propio. El campesino indígena o criolllo
constituyó el sector social trabajador, abnegado y expoliado al
extremo, para que las oligarquías agro-exportadoras de uno y otro
país se enriquecieran como eslabón intermedio de la cadena
comercial, que finalizaba en las reposterías de EEUU de
Norteamérica, insumiendo la deliciosa castaña de la Amazonia en la
elaboración de confituras.
La
savia elaborada del árbol del caucho desciende desde su elevada copa
por la corteza, con destino a las profundas raíces de ese enhiesto
habitante selvático. Pero el trabajador rural interrumpía ese
descenso: había madrugado, aún oscura la Amazonia y había partido
de su modesta casa de madera con las herramientas para la incisión
de la corteza productiva. En su casco, una linterna inserta le
mostraba el sendero a seguir entre la densa vegetación del
sotobosque hasta el sitio de extracción y luego le permitía
iluminar la silenciosa cirujía de la corteza. El codiciado líquido
manaba lentamente, conducido por una placa vertedora hacia el
recipiente colector, que el campesino había colocado al pie del
ejemplar intervenido. Mientras la savia en derrame iba llenando el
recipiente, él se desplazaba hacia otro árbol que sufriría la
misma operación. El producto de los recipientes individuales colmaba
barriles, que transportados hasta el puerto de Bahía (por entonces
denominación de la ulterior Cobija), ingresaban a pacientes barcos
atracados. Navegando, la materia prima de la colonia latinoamericana
del siglo XIX arribaba al naciente imperio estadounidense: típico
proceso comercial de la dominación económica del Primer Mundo sobre
el Tercero, repetido para múltiples y diversos bienes comunes,
iniciado desde la llegada de aquellas carabelas en 1492 y no
revertido hasta los albores del siglo XXI.
Cobija,
agosto 2012
1
Hevea brasiliensis
2
Bertholletia excelsa